¿Sabías que en la Biblia se menciona 366 veces la frase "no temas" o algo relacionado con "tener miedo"? El temor siempre anda rondando nuestra vida o se apodera de ella. Innumerables veces leemos en la escritura como Dios, después de dar alguna instrucción, algún aviso o una orden, acto seguido recalca: "No temas","No tengas miedo"... Yo estoy contigo, soy tu Padre", etc.
Todos, sin excepción, vivimos con temor. Está el temor a la muerte, temor a lo que piensan los demás de mí, (buscar aceptación de los demás), o temor a no alcanzar nuestros logros, ("no dar el ancho").
Diciembre es un mes maravilloso, es el mes en que recordamos aquel acto de amor sin igual de parte de Dios hacia el hombre, al enviar a su único Hijo Jesucristo a nacer a este mundo como un bebé, para posteriormente transformarse en todo un hombre y terminar danto su vida, ¡para que pudiéramos ser salvos! Sin embargo la vorágine que trae consigo fin de año y el cansancio termina por atraparnos y fuera de agotarnos, (estrategia del enemigo), termina llenándonos de temor.
Hay quienes le temen a su pasado y otros al futuro, no imaginan cómo llegar al 2011 al ver su sueldo o las deudas que se vienen encima. Otros viven con pánico de quedar solos y hacen lo imposible por retener a "sus amigos", para no ser marginados. Otros viven temerosos por ser tan felices y temen recibir alguna mala noticia o que les llegue alguna enfermedad inesperada...
Nuestros jóvenes están prontos a rendir su prueba para entrar a la Universidad y tiemblan. Los escolares y universitarios rinden sus últimos exámenes y hacen lo imposible por pasar de año. Los niños (bombardeados por la publicidad), presionan a sus padres por los mejores y más originales regalos, y ellos temen no poder cumplir con sus expectativas...
¡BASTA! Dios nos dice que no tenemos porqué tener miedo. No importa en qué tormenta estemos metidos, Él va en el bote con nosotros, siempre dispuesto a socorrernos, aún en los tiempos más difíciles. Para él nuestra situación no es ajena, él ha estado presente en todo momento y lo que quiere es que entremos en su reposo (Heb.4:10), disfrutemos de su presencia y que tengamos la seguridad de que no estamos solos, nuestro Padre celestial lo afirma.
"Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, el que te formó: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador"
Todos, sin excepción, vivimos con temor. Está el temor a la muerte, temor a lo que piensan los demás de mí, (buscar aceptación de los demás), o temor a no alcanzar nuestros logros, ("no dar el ancho").
Diciembre es un mes maravilloso, es el mes en que recordamos aquel acto de amor sin igual de parte de Dios hacia el hombre, al enviar a su único Hijo Jesucristo a nacer a este mundo como un bebé, para posteriormente transformarse en todo un hombre y terminar danto su vida, ¡para que pudiéramos ser salvos! Sin embargo la vorágine que trae consigo fin de año y el cansancio termina por atraparnos y fuera de agotarnos, (estrategia del enemigo), termina llenándonos de temor.
Hay quienes le temen a su pasado y otros al futuro, no imaginan cómo llegar al 2011 al ver su sueldo o las deudas que se vienen encima. Otros viven con pánico de quedar solos y hacen lo imposible por retener a "sus amigos", para no ser marginados. Otros viven temerosos por ser tan felices y temen recibir alguna mala noticia o que les llegue alguna enfermedad inesperada...
Nuestros jóvenes están prontos a rendir su prueba para entrar a la Universidad y tiemblan. Los escolares y universitarios rinden sus últimos exámenes y hacen lo imposible por pasar de año. Los niños (bombardeados por la publicidad), presionan a sus padres por los mejores y más originales regalos, y ellos temen no poder cumplir con sus expectativas...
¡BASTA! Dios nos dice que no tenemos porqué tener miedo. No importa en qué tormenta estemos metidos, Él va en el bote con nosotros, siempre dispuesto a socorrernos, aún en los tiempos más difíciles. Para él nuestra situación no es ajena, él ha estado presente en todo momento y lo que quiere es que entremos en su reposo (Heb.4:10), disfrutemos de su presencia y que tengamos la seguridad de que no estamos solos, nuestro Padre celestial lo afirma.
"Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, el que te formó: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador"
Is. 43:1-3ª
¡Gracias Señor porque tu perfecto amor echa fuera el temor!
¡Gracias Señor porque tu perfecto amor echa fuera el temor!
1 comentario:
Me gusta mucho pensar en la cita Isaías cuando dice que somos suyos,que le pertenecemos, al pertenecer a alguien ya no somos nosotros los que decidimos, sino que las decisiones son de a quien pertenecemos. Es por eso que podemos confiar plenamente nuestras vidas a un Dios que es justo, que es verdadero, que es eterno, que es fiel, que es poderoso y que nunca, nunca va a decidir un mal para nosotros. De verdad no debemos sentir temor cuando hemos entregado por completo nuestras vidas y hemos decidido que él decida.
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